miércoles, 13 de marzo de 2013

Un gran paso para la humanidad.

Cierra los ojos. Ciérralos de forma que no puedas ver nada. Que no puedas ver si es blanco o negro. Si es alto o bajo. Si es guapo o feo. Si es hombre o mujer. No puedes ver si aparenta veinte o si aparenta treinta y seis. No puedes ver como viste, como se peina, como te mira. Ni si sus ojos son pardos o azules. 
Piensas que te han quitado algo, que estás limitado, que estás en desventaja. Que no eres capaz de conocer nada ni nadie sin juzgarlo a primera vista. No eres capaz de comprender que es diferente, que piensa diferente, que cree en cosas diferentes. No puedes entender como tiene costumbres diferentes a las tuyas, como habla en un idioma que no es el tuyo o que le gusten cosas diferentes a ti.
Date un momento para asimilarlo. No abras los ojos y escúchale hablar. Escucha como tiene valores, igual que tú. Como tiene miedos, alegrías, penas, cosas que le hacen realmente feliz, cosas por las que luchar, cosas que defender. Tiene personas que le importan y que no. Tiene sentimientos, igual que tu. Siente amor hacia cosas, seres o personas. Tiene una vida que vivir.
Más allá de lo que ves, de lo que tus ojos son capaces de enseñarte hay cosas que solo lograrás ver haciendo una cosa. Simple, sencilla:

Cierra los ojos, abre la mente.