miércoles, 20 de junio de 2012

Quedas invitado.

Me complace decirte que quedas invitado.
Estás invitado a este lugar 
de primeras impresiones.
Estás invitado a ser querido, 
o a ser odiado o ignorado.
Invitado a algo que tu decides si conoces.
Estás invitado a algo que puede decepcionarte,
invitado a algo que tiene mucho más
de lo que la mayoría conocen.
Estás invitado a algo que ni si quiera yo
se si llegaré a conocer algún día.
Que ni todas las máquinas del mundo
ni toda la tecnología inventada
logrará nunca entender o descifrar.
Algo tan voluble y cambiante
como el viento o las olas del mar.
¿Pero tan complicado? Nunca.
Estás invitado a chocarte 
con algo incompatible a ti.
Con algo que puedes odiar
o de lo que puedes llegar a enamorarte.
Estás invitado, pero ten cuidado
de al conocerlo, no tropezarte.
Estas invitado
a otra mente humana.

miércoles, 6 de junio de 2012

Pues sí, tengo miedo.

¿Que si tengo miedo? Pues sí, lo tengo. Si me preguntan seguramente pensaré un segundo antes de responder, supongo que por orgullo o pensando en que no le tengo tampoco miedo a todo. Que si me preguntan que si tengo miedo primero piense en las cosas que me dan más miedo y cuando vea que es real, responda: sí. Porque si lo tengo. Y miedo a admitirlo, no, ¿pero a afrontarlo? 
Esas cosas que deseo que lleguen pero a la vez tengo miedo. ¿Y cuando se acabe? ¿Y cuando se vaya? ¿Y yo? ¿Y el dolor? ¿Será realmente doloroso? Y lo sacrificios. ¿Tendré que sacrificar algo? ¿Perderé más de lo que gane?
A esta situación he llegado salvándome de un abismo que nunca supe superar, al que caía continuamente. Y si, tengo miedo al dolor. Al error, a la decepción, a la insensatez, al abismo. 

Yo también me pregunto: ¿Y si puedes volver a caer, porque sigues? 

Pues porque la persona que me puede tirar, es la misma que me salvó.