lunes, 31 de diciembre de 2012

Punto y aparte.

No tengo mucho que decir si después de todo este tiempo lo voy a perder todo. Si me pilla un callejón sin salida y saltar al otro lado no depende de mi. O depende de mí, y no decido ni intentarlo. 
Tú, que formas parte de esas personas que si algún día me fallan, sin duda sabré tomarlo como un error cualquiera, sin la importancia suficiente como para destruir tantos meses de 'no se que haría yo sin ti'. Soy sincera cuando digo que es como si se me escapara una parte de mí, o como si una hermana me dejara para siempre. 
He perdido mucha gente a lo largo de mi  corta vida. Y las hay que no te importa perder, que las pierdes y no son imprescindibles, que las pierdes y es completamente reparable. Que las pierdes y descubres que prácticamente no valió la pena luchar por ello. Pero sabes que no puedes perder a alguien cuando se te va y te faltan más cosas que la propia persona. Cuando casi parece que te faltas tú, que ya no eres la misma persona, que estas incompleta.
Y la gente pensando en parejas, y novios y amor y en distancias y a mi ahora mismo solo me apetece abrazarte, pequeña. Y que me digas que no pasa nada, que todo esta bien, que no te vas a ir nunca más. Que podamos dejar de lado los reproches, las malas palabras, el rencor. 

No se si conseguiremos remendar los errores, arreglar el jarrón. Pero se me ha ido, y la hecho de menos. 

martes, 18 de diciembre de 2012

La esencia de la vida.

Yo me pregunto si hacer o no hacer algo si no sabes las consecuencias que va a tener. Si no sabes si son buenas o malas, y en que grado. ¿Serán muy malas? Estoy preparada para las malas consecuencias. Para hacer algo y esperar después lo peor. Me dicen porque soy pesimista y supongo que si espero siempre lo peor y pasa algo bueno, lo bueno será mejor todavía. 
No quiero arrepentirme de nada. Se que es imposible, ya que con los errores se aprende y a mis enormes meteduras de pata les debo mi humilde experiencia. Quiero equivocarme, una y otra vez. Quiero llorar mis penas y reír mis buenos momentos, que para eso son míos. Quiero que alguna vez las consecuencias no se interpongan entre algo que me hace feliz. Vivir el hoy, y no el mañana de ayer. Si hoy es un mal día ¿por qué no? ¿Cómo aprovechar los días buenos si no tenemos días malos? ¿Cómo disfrutar de las buenas personas si no nos cruzamos con las malas? Es imposible. Riámonos de los problemas, que por muy malos que sean, todo en esta vida tiene solución menos la muerte. 
Quizá sea mejor hacer algo que nos hace felices y luego pagar cierto precio que no hacerlo y seguir iguales, sin felicidad ni tristeza. Sin vaivenes, sin carreteras donde elegir. Obremos, erremos y arrepintámonos.  Supongo que cuando deje de aprender, de sorprenderme, de equivocarme, será entonces cuando ya no tenga nada que hacer en esta vida. 

Crecer poco a poco es la esencia de vivir.
Vivamos entonces.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

"Absolutamente complicado"

Querías algo largo. Ahí va, chica de las jirafas:

La conocí un día aleatorio, hace ya años. No recuerdo hace cuanto puesto que soy mala, muy mala, para las fechas y tengo cierta perdida espacio-temporal. "¿Quién es esta tía? Que borde." Pero me gustaba. Yo creo que admiraba su peculiar personalidad desde el primer momento. Me gustaba esa capacidad suya de responder a todo con cierto tono de sarcasmo, alejando así a todo bicho indeseable.
¿Después? Nos conocimos lo justo como para decir que me caía bien. Circunstancias suyas sentimentales hicieron que tampoco pasara mucho tiempo junto a ella. Incluso llegamos a distanciarnos y mucho después de un tiempo que parecía que nos hacíamos, lo que se dice comúnmente, mejores amigas. 

Un día la llamé a casa. No se si alguien podría entenderlo algún día pero muchos de los mejores momentos que he vivido los he pasado con ella. Tanto reír como llorar es sumamente fácil a su lado. Sobretodo reír. Y ese día me dí cuenta de que esta humilde persona, con dos rastas variables, un pintalabios color Terracota, una camiseta con una talla 10, un don para pintar, un pelo castañirrojo y que me hacía sonreír siempre, era, sin duda alguna, una hermana. O un alma gemela, aún no lo se. Quizá aún es demasiado pronto para saberlo.

Hoy, un 28 de noviembre de 2012, sigo sin dudar de su importancia en mi vida. Quiero comer berberechos, tomarme un café solo un domingo, que me pinte a boli Bic, llamar a su casa mientras su madre le pide que cuelgue, compartir el Terracota, oír como pasan cosas que yo había predicho, hacer cosas que ella había predicho, salvarme de todo con un abrazo, escribir en su libreta, decir "titi", "churro" y "chato", mantener alguna que otra conversación estúpida, reírnos de lo que nos preocupa, robarnos pulseras, pendientes y momentos.

No, no me gustan las mujeres. Pero si me tuviera que casar, lo haría con Cristina Santanach.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Cosas que hacer cuando acabe los exámenes.

¿Buscar un trabajillo? Quiero ahorrar. Buscar una guitarra porque por ahora no puedo permitirme comprármela. Ir a Madrid. Buscar regalos para cumpleaños atrasados. Ver al menos la mitad de mi lista de pelis antes de tener otra estupenda tanda de exámenes. Escribir varias entradas. Me apetece hacer deporte. Haré deporte. ¿Natación? Por qué no. Hacer que mi habitación vuelva a ser una habitación. Reescribir mi pizarra. Tomarme un buen café. 

Eso sí. Todo esto CUANDO ACABE LOS EXÁMENES. 

domingo, 4 de noviembre de 2012

De caballeros y princesas en apuros.

Queridos caballeros de brillante armadura: no todas somos princesas en apuros. 
A algunas nos gusta llevar los pantalones y luchar nosotras mismas contra el dragón, escapar del castillo, construir una cabaña y vivir felices para siempre. Somos esas caperucitas rojas que cazan al lobo, bellezas que no se pinchan con agujas, que no aceptan fruta de extraños, que no huyen de ninguna bestia y que tiran la escoba y dejan a la madrastra con la palabra en la boca. Sirenas que prefieren cola antes que amor. 
Y en el caso de que quisiéramos que un caballero y su respectivo corcel blanco nos vinieran a buscar, no serviría de mucho. Ya que la mayoría de los hombres en cuanto ven la zarpa del dragón salen corriendo con el rabo entre las piernas. Ahí es cuando descubrimos que debajo de tanto metal solo hay otro cobarde con aires de superioridad. Y si te salvan, ¡pobre de ti si no eres la princesa que esperaban! Encima querrán mantener algo de honor después de haberte hecho esperar 100 años en una torre y dejarte a merced de cualquier otra maldición, de la que prefieres acabar salvándote tu antes de que otro guaperas con espada venga a conquistarte. 
Príncipes, principitos y caballeros del siglo XXI: haced algo de provecho y luchar por vuestra dignidad, las princesas ya no existen y las mujeres os tienen calados. 

lunes, 29 de octubre de 2012

miércoles, 24 de octubre de 2012

Mírame, ojos azules.

No llores, pequeña. Tienes el mundo a tus pies. No me mates así con tu llanto. Sea lo que sea, lo siento. Pero no manches esa carita con lágrimas de pena. Estás un tanto consentida, y tienes un carácter que, no se por qué, sospecho que te viene de familia. Pero lo arreglas todo con unas cuantas ocurrencias que nos hagan reír, un acto de cariño o demasiado avanzado para tu edad. Pero no llores más. Yo quiero que si te sientes afligida vengas y me abraces. Y sientas que voy a estar ahí. 
Quizá ahora no lo comprendas, no entiendas lo mucho que vas a llegar a necesitar de alguien, pero lo harás. Algún día estarás rodeada de gente y te sentirás sola, por eso quiero que te des cuenta poco a poco de que mi hombro no sera solo un hombro, si no que será tu pañuelo. Que puedo llegar a comprenderte como a mi nunca me comprendieron. Mírame, ojos azules. Seca tu blanca cara con mis palabras. Deja de llorar, ríe, que me haces feliz. 
Dime cosas que no entienda, por favor. Cuéntame como dominas a otros con tu carácter, como vas a hacer del mundo tu llavero y de tus virtudes tu personalidad. Serás grande, yo lo se. Campo de trigo, ricitos de oro. Pídeme que haga algo que tu no puedes, que te lea, que te cante. Pídeme un beso, pídeme un rato de mi vida. 
Pídeme lo que quieras pero, por favor, no llores más.

sábado, 6 de octubre de 2012

El mundo esta gilipollas o yo soy rara.

No entiendo muchas cosas. Sí, soy pequeña e inexperta aun que a veces parezca que se más de lo que se. Digamos que intento disimular que me revuelvo la cabeza con las cosas más tontas, o quizá no tan tontas... 
Vayamos al grano. Yo tengo varias preguntas a nivel universal: ¿Por qué hay personas a las que le gusta hacer daño? ¿Por qué hay personas que intentan ganarse el odio ajeno? En serio. Yo no es que me quiera llevar bien con todo el mundo, y mucho menos que lo consiga. Pero tampoco quiero que me odien. ¿Por qué alguien se siente bien haciendo sufrir a los demás? ¿Que ganan? ¿Insultos? ¿Odio? 
Yo tengo la teoría de que ese tipo de personas nunca conocen los verdaderos valores de la vida. La buena amistad, el amor, la confianza, el cariño paterno. Esa sensación de ser único para alguien. De tener cosas que la gente valore. 
No lo se, no entiendo nada. Yo me encuentro con "personas" que hace cosas malas porque simplemente hacerlas le hace sentir superior. Y todo el mundo. Pero yo, con mis dieciséis años sigo sin poder descifrar el por qué de ese afán de superioridad. ¿Superior? ¿Superior en qué? ¿Superiormente idiota? 
Todo esto unido a un nivel de egocentrismo y falta de autoestima a la vez. Falta de atención familiar, de frustraciones ahogadas con el paso de los años y ganas de sentirse mejor.
Quizá lo entiendo mejor de lo que pienso. 
Sea como sea, y quizá sea inmadura, joven, inexperta, ignorante, inocente y me quede mucho por descubrir, pero dudo que la crueldad y la gilipollez humana dejen algún día de sorprenderme. 

viernes, 21 de septiembre de 2012

¿Tus pequeños placeres de la vida?

Como veis, en la entrada anterior he puesto cosas que yo considero que me hacen un poco más feliz y a la vez son como contrarias. Creo que sois suficientemente listos como para entenderlo. Si se os ocurre algo más de ese estilo, comentarlo y si me parece un "pequeño placer de la vida" lo añadiré y disfrutaré de ello como vosotros.

A ser felices.

Pequeños placeres de la vida.

Ser diferente sin quererlo, sonreír sin darte cuenta, cantar sin que nadie te escuche, besar sin decir te quiero, bailar sin hacerlo bien, reír sin saber bien por qué. Llorar de emoción, recordar una canción que hacía tiempo que no escuchaba, hablar sin decir nada, estudiar por aprender, mirar con los ojos cerrados. Imaginar sin pensar, correr sin rumbo, nadar sin tener mar, escribir sin  papel, pintar sin lienzo, conocer sin prisa, soñar sin dormir, vivir para soñar.

Pecar de inocente.

martes, 18 de septiembre de 2012

Perder.

¿Y ahora qué? ¿Y después de mil fracasos, de mil decepciones, que hay? ¿Quien queda detrás de todo esto? ¿Quién se salva? En serio, ¿es imposible que haya alguien de quien no te decepciones nunca? ¿Que nunca te haga sentir mal? ¿Es total y completamente necesario que todas las personas que forman parte de tu vida en algún momento te fallen? ¿Y fallarlas a ellas?
Después de todo esto pienso en quien me queda, en quien está ahí y lo estará aun que sea por una porción lo suficientemente grande de tiempo como para que, si algún día me falla, pueda tomarlo como un mal día, o un maldito error.
Yo espero quedarle a alguien, ganar más de lo que pierdo y sobretodo, no perderme.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Si duele...

Las cosas se acaban, no hay duda. En un momento u otro, todo se desvanece y solo te quedan las palabras que lo rompieron todo y los recuerdos. Recuerdos que cuanto más los eches de menos más te atormentan.
Repitiéndote que no volverán, que nada ocurre dos veces del mismo modo, que nada dura para siempre. Son cosas que ya tenías claras de antes, pero ahora es cuando te das cuenta de porque las tenías claras.
Te das cuenta de que no es una situación tan diferente a las anteriores. Algo que "fue bonito mientras duró" y que ahora que no esta solo quieres ser optimista y esperar a que otras cosas buenas lleguen, o al menos ser capaz de dormir sin torturarte.
¿Un consejo? Si algo duele, es porque ha valido la pena.

martes, 28 de agosto de 2012

sábado, 25 de agosto de 2012

Post de "derincónyzafra".

El post anterior lo escribí el 5 de abril de 2012 en un anterior blog compartido que tengo, que ya no uso. Supongo que seguiré rescatando entradas de ahí porque algunas realmente me encantan y espero que vosotros las disfrutéis igual.

A ser felices.

El nacer humano.

Llegué a este mundo con yo que se que intención de ser tan humana como el resto. De formar parte tanto o más que el resto en esta historia de la humanidad. Con algo más de tres kilogramos, un poco de pelo rubio. En una clínica en el barrio de Chamberí del gran mundo que es Madrid. Con un padre, y una madre. No como todos, pero si lo que todos esperan cuando nacen. Manitas pequeñas, la cara de su padre, la constitución de la familia de su madre. Ojos verdes, y enormes como platos. Y un genio de los que ya no quedaban en el mundo. Quizá un poco de maldad, escondida entre llanto y llanto.
Una sociedad a mi alrededor. Quizá un poco enferma, obsesionada con el dinero, el aspecto, el terreno que sus pies pisaban. ¿Mi idea? Un mundo que se reía y que soñaba. Una familia que era feliz y personas que me querrían. Quizá no pensé tantas cosas al nacer, pero seguro que si hubiera pensado más, habría sido eso. Las ideas de perfección empiezan a desvanecerse cuando tu primer llanto, a falta de comida, aparece. Cuando tienes nada más que unas horas de vida y, como ya bien dije, te dan una palmadita en la espalda a modo de aviso. "La vida es dura, pequeña", me habrían dicho si les hubiera entendido.
La infancia, como la de cualquier otro niño, había marcado mi personalidad hasta el punto de que pocos acontecimientos podrían cambiarme y si lo hacían, lo hacían a mejor. No que por eso hubiera sido infeliz, ni mucho menos. Pero digamos que fue un poco más ajetreada que la del infante medio español. Un divorcio, problemas escolares, amigas que traicionan, personas que me hacían sentir mal. Y yo, con mi carácter dominante, defensor y fiero no ayudaba mucho. Digamos que mi pésima manera de hacer las cosas me llevó a más de una desgracia y hoy, en la adolescencia pura, lo sigue haciendo. Con menor intensidad, pero ahí esta mi impulsividad, tocando las narices.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Something.

Te das la vuelta. inspiras profundamente y aún así parece que no puedes respirar. Como si te faltara algo. Pides ayuda pero no sabes por qué nadie contesta. Todo el mundo esta muy ocupado con sus vidas. Te levantas, y algo resbala desde los ojos hasta tus mejillas donde intentas evitar el hundimiento. Te levantas y sabes que ni tu mismo sabes que haces ahí de pie, solo. Así que te buscas a ti mismo en mil cosas que hacer y después te das cuenta que realmente mientras te da un yo que se qué que ni tu mismo entiendes estás desperdiciando momentos de tu vida, aun que no puedas evitarlo.

La felicidad también da resaca.

martes, 21 de agosto de 2012

Papel y pentagrama.

Como si de un libro se tratase. De los de papel y portada, claro. Que suenan sus hojas al pasar cual melodía inspirada por un poco de rabia. Sobre un papel entero, con tinta y esperanza de, que lo que escriba llegue a corazón ajeno. Comparte el barco del cuyo mástil brotan notas a destiempo. Que se cree una melodía. Con las notas y un soneto que escrito desde el alma representa un bosque personificado y no se cuantos días de un crescendo sentimiento. Que cuando los árboles susurren canciones que hablan de mi y reciten poemas que hablan de ti, nosotros estemos ahí para escucharlos. Y un allegro caminar que nos lleve donde siempre quisimos paseando entre las palabras que son metáfora, pero significan mucho más.

Un poco más que ayer, un poco menos que mañana.

martes, 24 de julio de 2012

Adiós.

Adiós pequeña. Volveremos a vernos. Ha sido un placer, después de haber oído hablar tanto tiempo de ti, conocerte. Y sentirte y tocarte. Y saber que eres mucho más maravillosa de lo que las palabras pueden describir. Tan enorme que los mapas no pueden contenerte. Que las personas no aprecian ni la mitad de tu belleza, ni de tu grandeza, ni de tu historia. Que eres mucho más que monumentos y calles de souvenirs.

Volveremos a vernos. A ti, que eres tan mayor, se te hará corto. Quizá cuando vuelva ya no me reconozcas. Quizá ni yo misma me reconozca. Pero te recordaré. Si. A ti y a tus calles llenas de historia, de gente, de artistas, de vida. De cuadros en las paredes, de música en el metro, de edificios cortados, de chimeneas antiguas.

Volveremos a vernos. Tu, yo y el tiempo.

Tu y yo, París.

lunes, 2 de julio de 2012

Intento de pronóstico.

Odio este clima. Empiezo así de pesimista porque me pone de los nervios. En invierno hace frío y en verano también. ¿Pero de que narices va el tiempo? Que sea verano y no haga ni veinticinco grados es como tener la regla y que te toquen demasiado las narices. Mujeres del mundo, entendedme.
Salgo, o mejor dicho, saco un brazo, por lo que es la ventana de una habitación de mi pequeño hogar para dar un pronostico meteorológico poco acertado, ya que haga lo que haga, pasaré frío o calor. Pienso durante dos segundos y (bendito sea) uso Internet para ayudarme. Me deprimo. No hay manera de que la ropa de invierno se quede donde la de verano permanece un 75% del año.
Sales y, una vez más, tu intento de pronóstico falla. Un viento fresco te azota el cuerpo entero (ya que la ropa en verano es más bien escasa) y maldices a tus adentros mientras vuelves a entrar en casa y te cambias dos o tres veces más.
Una de las razones por las que llego tarde a todas partes.

miércoles, 20 de junio de 2012

Quedas invitado.

Me complace decirte que quedas invitado.
Estás invitado a este lugar 
de primeras impresiones.
Estás invitado a ser querido, 
o a ser odiado o ignorado.
Invitado a algo que tu decides si conoces.
Estás invitado a algo que puede decepcionarte,
invitado a algo que tiene mucho más
de lo que la mayoría conocen.
Estás invitado a algo que ni si quiera yo
se si llegaré a conocer algún día.
Que ni todas las máquinas del mundo
ni toda la tecnología inventada
logrará nunca entender o descifrar.
Algo tan voluble y cambiante
como el viento o las olas del mar.
¿Pero tan complicado? Nunca.
Estás invitado a chocarte 
con algo incompatible a ti.
Con algo que puedes odiar
o de lo que puedes llegar a enamorarte.
Estás invitado, pero ten cuidado
de al conocerlo, no tropezarte.
Estas invitado
a otra mente humana.

miércoles, 6 de junio de 2012

Pues sí, tengo miedo.

¿Que si tengo miedo? Pues sí, lo tengo. Si me preguntan seguramente pensaré un segundo antes de responder, supongo que por orgullo o pensando en que no le tengo tampoco miedo a todo. Que si me preguntan que si tengo miedo primero piense en las cosas que me dan más miedo y cuando vea que es real, responda: sí. Porque si lo tengo. Y miedo a admitirlo, no, ¿pero a afrontarlo? 
Esas cosas que deseo que lleguen pero a la vez tengo miedo. ¿Y cuando se acabe? ¿Y cuando se vaya? ¿Y yo? ¿Y el dolor? ¿Será realmente doloroso? Y lo sacrificios. ¿Tendré que sacrificar algo? ¿Perderé más de lo que gane?
A esta situación he llegado salvándome de un abismo que nunca supe superar, al que caía continuamente. Y si, tengo miedo al dolor. Al error, a la decepción, a la insensatez, al abismo. 

Yo también me pregunto: ¿Y si puedes volver a caer, porque sigues? 

Pues porque la persona que me puede tirar, es la misma que me salvó.

jueves, 31 de mayo de 2012

Querida sociedad, dos puntos.

Querida sociedad:

No es un placer escribirte. La verdad, no me caes bien. Cada día peor. Tienes un grave problema que dudo que algún día puedas solucionar, estás demasiado podrida por dentro. Te falta personalidad a mares. Da asco encontrarse siempre lo mismo como fotocopias. Da mucho asco que intentes controlarnos o, peor aún, que lo consigas. Que tus bases sean la envidia, las apariencias, la maldad. Que te encante el dinero y todo lo que él conlleva dejando a un lado las cosas realmente importantes, como los principios o los derechos humanos. 
Odio que sean mas importantes las cosas materiales que las personas, que nos hagas tan volubles, tan indefensos, tan inseguros de nosotros mismos. Que nos hagas creer que no somos nada, o que lo somos todo. Que hagas tales distinciones entre personas, que unos tengan más que otros, que los malos estén arriba y los buenos abajo. 
Eres demasiado mezquina para mi gusto. Crees que todo lo haces bien y que tienes más poder del que posees. Poder que traspasa los límites antes de poder hacer nada por ello. Pero sobretodo, lo que más asco me da de ti, es que tus intenciones por cambiar sean nulas. ¿Y las esperanzas? No nos quedan. Siempre serás así de mala y estarás siempre tan muerta por dentro. 

Te deseo mucha suerte. La vas a necesitar.

domingo, 27 de mayo de 2012

Yo y el olvido.

No es que quiera huir sabiendo que los problemas van a seguir ahí. Pero, ¿por qué no olvidar? Como cuando duermes. Te duermes y, a no ser que tu propia mente te haga sufrir mientras duermes, los problemas se evaporan. Pero quizá por eso me guste evadirme cada fin de semana de ellos. Poner buena cara, hacer el imbécil, salir a bailar. Aparentar normalidad, felicidad. Y crearla. Y olvidar.

Olvidar los malos momentos, los rechazos, las ganas de algo que nunca llega. Los gritos, las peleas, las traiciones, los desprecios, los llantos. La cantidad de lágrimas que puede llorar una persona. Olvidar que somos un poco menos que alguien, que hemos fracaso en algo, que el tiempo pasa demasiado rápido, o demasiado lento. Que hay cosas que siguen siendo físicamente imposibles. Olvidar que perdí cosas que jamás recuperaré, cosas que nunca supe manejar. Olvidar que sigue habiendo cosas que no me dejan dormir por las noches, que me ahogan, que me duelen. Olvidar que me queda toda una vida por delante de fracasos, de emociones, de pruebas insuperables, de personas inolvidables. Que, a pesar de todo, la gente que me quiere me hará daño, y que yo haré daño a la gente que me quiere. Olvidar las caídas, las piedras en el camino, las cosas que ni el tiempo cura, los recuerdos que la mente no quiere borrar, las alegrías que más que sonrisas, te dan nostalgia.

Olvidar todo y pensar que por una vez, todo va realmente bien, y nada puede fastidiarte ese momento.

viernes, 25 de mayo de 2012

Reflexión de un viernes.

Supongo que os sentís bien haciendo las cosas así. Salváis el pellejo haciendo las cosas igual de mal que la primera vez, pero os salváis. Bueno, yo, no se si a diferencia del resto del mundo (no sería la primera vez que soy diferente) después de casi caerme con algo, la siguiente vez intento ir sobrada, no caerme, si no poder columpiarme encima del precipicio al que la mayoría no caéis porque os salva un que se yo de última hora.
Cuidado, porque un día las súplicas no os salvarán. ¿Por qué no intentáis columpiaros?
¿Soy la única que después de hacer mal algo mil veces, la mil y una intenta mejorar?
Espero que no.

jueves, 24 de mayo de 2012

Defecto de fábrica.

Di lo que quieras, inténtalo. Intenta que crea que lo único que tengo por dentro es envidia. O que soy mala, o tonta, o cualquier cosa de esas que me dices, que parece que te hacen feliz. Quizá eres tu la que tiene envidia, porque una persona no hace a otra sentirse inferior a no ser que quiera hundirla. Yo también pienso: ¿envidia de mi? ¿De qué?
Solo soy otro defecto de fábrica humano que ha ido haciendo hueco en el mundo a sus pequeñas cosas.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Esto es lo que hay.

Bienvenidos a lo que podría ser un éxito o un fracaso. Seguramente un fracaso. Pero escribo para quien quiera leerlo, así que si no quieres, no pintas nada aquí.
Ante todo, esto es una página personal, que no le debe nada a nadie, ni si quiera al tiempo. Así que pueden pasar meses o horas de que escribo una cosa a otra. Y nunca sabréis de que será, ni de que irá, ni si será una canción, una crítica, un monólogo interior, uno de mis no famosos textos sobre debilidades humanas o una simple frase.
Ante todo, un aplauso, que parir un sitio nuevo en Internet, tiene lo suyo.